
¿Transición o evolución energética?

La evolución humana ha venido ligada a un aumento progresivo de consumo de energía para satisfacer nuestras necesidades, tanto las básicas como las de confort, y nuestra avidez cada vez es mayor…
Hace 2 o 3 millones de años el hombre primitivo consumía el equivalente a una bombilla de 100 Watios encendida durante todo el día, cubriendo sus necesidades metabólicas. ¿Cuál es la situación actual en estos inicios del siglo XXI? Los combustibles fósiles satisfacen el 80% del consumo mundial, un 29% el petróleo, un 27% el carbón y un 24% el gas natural, y el 20% restante se divide entre la nuclear y las renovables.
Con este panorama de dependencia de los combustibles fósiles y sus emisiones de gases de efecto invernadero aún queda mucho camino por recorrer, pero ya se ha comenzado la implantación de la energía eólica y fotovoltaica en el sector energético. En el sector de la movilidad y el transporte, tímidamente ha comenzado la electrificación de los vehículos con la aparición de una mayor oferta comercial y una lenta implantación de puntos de recarga, en la medida que se acelere su implantación, el impacto sobre las emisiones de CO2 será muy notable.
Y restan los dos sectores que necesitan calor, edificios y la industria, que se alimentan principalmente de gas natural y donde la apuesta de Europa se centra en su sustitución por el nuevo vector energético basado en el hidrógeno verde.
Conoce más detalles en el siguiente documento: